Las monitoras de los comedores de la escuela pública vasca reanudan hoy la huelga convocada por ELA, LAB y UGT por cuarta semana consecutiva. La negociación entre los trabajadores y las empresas de hostelería que sirven los menús escolares en Euskadi está en punto muerto por el desacuerdo sobre la subida salarial. El Departamento de Educación, las empresas que gestionan los comedores y las agrupaciones de padres de alumnos reclaman un arbitraje que cierre de forma definitiva el conflicto, pero los sindicatos lo rechazan porque consideran que es «una imposición».
Las centrales solicitaron el pasado viernes reunirse hoy con el Departamento de Educación y la federación de padres de alumnos de la escuela pública Ehige para explicar su postura y reclamar que tomen un papel más activo en las negociaciones. Sin embargo, los responsables de la consejería consideran que con quien tienen que hablar los sindicatos es «con las empresas», ya que se trata de acordar su convenio colectivo. Les han contestado que «dediquen ese tiempo a recurrir al arbitraje».
Las monitoras argumentan que han rebajado sus pretensiones de equiparación con el sueldo de las empleadas con plaza en la Administración vasca, del 100% al 98% y que debe haber una respuesta por parte de la patronal. Critican que las firmas de catering no hayan tocado su última propuesta: el 95% del sueldo que paga el Gobierno Vasco y un 5% vinculado a los niveles de absentismo. Se da la circunstancia de que las retribuciones son superiores en un 23% a las que cobran las monitoras en la escuela concertada, aunque aquí los sindicatos no plantean conflicto alguno, según han denunciado los padres de la red pública.
La consejería que dirige Isabel Celaá ha advertido a los sindicatos que si no se resuelve el conflicto retirará todas las mejoras que han incorporado al servicio gracias a la subida del precio del menú, entre ellas el incremento en 18 horas de la jornada laboral.
Los técnicos del departamento buscan ahora una herramienta legal que les permita poner en funcionamiento los comedores afectados por los paros. En concreto, estudian una nueva fórmula de servicios mínimos.
Incidencia escasa
Aunque la incidencia de los paros es escasa, cercana al 20%, supone un trastorno grave para las familias. Los responsables de Educación critican que muchos de los monitores no informan de que van a secundar el paro hasta el mismo día, con lo que las direcciones de los centros tienen verdaderos problemas para organizar el servicio y los padres no saben hasta el último momento si tienen que ir a buscar a sus hijos al colegios para llevarlos a casa al mediodía.
Esta semana están convocadas también manifestaciones de los padres de alumnos de numerosos colegios afectados por las movilizaciones. Las agrupaciones de familias reclaman la devolución de los menús no servidos y alertan de que la calidad de las comidas ha caído como consecuencia del conflicto. La federación de asociaciones de padres de alumnos alertó la pasada semana de que esta batalla laboral supone un desprestigio para la escuela pública.
En la actualidad, las empresas de hostelería subcontratadas por el Gobierno Vasco sirven comidas a cerca de 90.000 alumnos de más de 400 colegios públicos. Educación dedica cerca de 90 millones de euros anuales a este servicio, mientras que los padres hacen frente a una factura de 33 millones, cerca de cuatro euros por menú.
Las monitoras de los comedores de la escuela pública vasca reanudan hoy la huelga convocada por ELA, LAB y UGT por cuarta semana consecutiva. La negociación entre los trabajadores y las empresas de hostelería que sirven los menús escolares en Euskadi está en punto muerto por el desacuerdo sobre la subida salarial. El Departamento de Educación, las empresas que gestionan los comedores y las agrupaciones de padres de alumnos reclaman un arbitraje que cierre de forma definitiva el conflicto, pero los sindicatos lo rechazan porque consideran que es «una imposición».
Las centrales solicitaron el pasado viernes reunirse hoy con el Departamento de Educación y la federación de padres de alumnos de la escuela pública Ehige para explicar su postura y reclamar que tomen un papel más activo en las negociaciones. Sin embargo, los responsables de la consejería consideran que con quien tienen que hablar los sindicatos es «con las empresas», ya que se trata de acordar su convenio colectivo. Les han contestado que «dediquen ese tiempo a recurrir al arbitraje».
Las monitoras argumentan que han rebajado sus pretensiones de equiparación con el sueldo de las empleadas con plaza en la Administración vasca, del 100% al 98% y que debe haber una respuesta por parte de la patronal. Critican que las firmas de catering no hayan tocado su última propuesta: el 95% del sueldo que paga el Gobierno Vasco y un 5% vinculado a los niveles de absentismo. Se da la circunstancia de que las retribuciones son superiores en un 23% a las que cobran las monitoras en la escuela concertada, aunque aquí los sindicatos no plantean conflicto alguno, según han denunciado los padres de la red pública.
La consejería que dirige Isabel Celaá ha advertido a los sindicatos que si no se resuelve el conflicto retirará todas las mejoras que han incorporado al servicio gracias a la subida del precio del menú, entre ellas el incremento en 18 horas de la jornada laboral.
Los técnicos del departamento buscan ahora una herramienta legal que les permita poner en funcionamiento los comedores afectados por los paros. En concreto, estudian una nueva fórmula de servicios mínimos.
Incidencia escasa
Aunque la incidencia de los paros es escasa, cercana al 20%, supone un trastorno grave para las familias. Los responsables de Educación critican que muchos de los monitores no informan de que van a secundar el paro hasta el mismo día, con lo que las direcciones de los centros tienen verdaderos problemas para organizar el servicio y los padres no saben hasta el último momento si tienen que ir a buscar a sus hijos al colegios para llevarlos a casa al mediodía.
Esta semana están convocadas también manifestaciones de los padres de alumnos de numerosos colegios afectados por las movilizaciones. Las agrupaciones de familias reclaman la devolución de los menús no servidos y alertan de que la calidad de las comidas ha caído como consecuencia del conflicto. La federación de asociaciones de padres de alumnos alertó la pasada semana de que esta batalla laboral supone un desprestigio para la escuela pública.
En la actualidad, las empresas de hostelería subcontratadas por el Gobierno Vasco sirven comidas a cerca de 90.000 alumnos de más de 400 colegios públicos. Educación dedica cerca de 90 millones de euros anuales a este servicio, mientras que los padres hacen frente a una factura de 33 millones, cerca de cuatro euros por menú.
Las monitoras de los comedores de la escuela pública vasca reanudan hoy la huelga convocada por ELA, LAB y UGT por cuarta semana consecutiva. La negociación entre los trabajadores y las empresas de hostelería que sirven los menús escolares en Euskadi está en punto muerto por el desacuerdo sobre la subida salarial. El Departamento de Educación, las empresas que gestionan los comedores y las agrupaciones de padres de alumnos reclaman un arbitraje que cierre de forma definitiva el conflicto, pero los sindicatos lo rechazan porque consideran que es «una imposición».
Las centrales solicitaron el pasado viernes reunirse hoy con el Departamento de Educación y la federación de padres de alumnos de la escuela pública Ehige para explicar su postura y reclamar que tomen un papel más activo en las negociaciones. Sin embargo, los responsables de la consejería consideran que con quien tienen que hablar los sindicatos es «con las empresas», ya que se trata de acordar su convenio colectivo. Les han contestado que «dediquen ese tiempo a recurrir al arbitraje».
Las monitoras argumentan que han rebajado sus pretensiones de equiparación con el sueldo de las empleadas con plaza en la Administración vasca, del 100% al 98% y que debe haber una respuesta por parte de la patronal. Critican que las firmas de catering no hayan tocado su última propuesta: el 95% del sueldo que paga el Gobierno Vasco y un 5% vinculado a los niveles de absentismo. Se da la circunstancia de que las retribuciones son superiores en un 23% a las que cobran las monitoras en la escuela concertada, aunque aquí los sindicatos no plantean conflicto alguno, según han denunciado los padres de la red pública.
La consejería que dirige Isabel Celaá ha advertido a los sindicatos que si no se resuelve el conflicto retirará todas las mejoras que han incorporado al servicio gracias a la subida del precio del menú, entre ellas el incremento en 18 horas de la jornada laboral.
Los técnicos del departamento buscan ahora una herramienta legal que les permita poner en funcionamiento los comedores afectados por los paros. En concreto, estudian una nueva fórmula de servicios mínimos.
Incidencia escasa
Aunque la incidencia de los paros es escasa, cercana al 20%, supone un trastorno grave para las familias. Los responsables de Educación critican que muchos de los monitores no informan de que van a secundar el paro hasta el mismo día, con lo que las direcciones de los centros tienen verdaderos problemas para organizar el servicio y los padres no saben hasta el último momento si tienen que ir a buscar a sus hijos al colegios para llevarlos a casa al mediodía.
Esta semana están convocadas también manifestaciones de los padres de alumnos de numerosos colegios afectados por las movilizaciones. Las agrupaciones de familias reclaman la devolución de los menús no servidos y alertan de que la calidad de las comidas ha caído como consecuencia del conflicto. La federación de asociaciones de padres de alumnos alertó la pasada semana de que esta batalla laboral supone un desprestigio para la escuela pública.
En la actualidad, las empresas de hostelería subcontratadas por el Gobierno Vasco sirven comidas a cerca de 90.000 alumnos de más de 400 colegios públicos. Educación dedica cerca de 90 millones de euros anuales a este servicio, mientras que los padres hacen frente a una factura de 33 millones, cerca de cuatro euros por menú.
Las monitoras de los comedores de la escuela pública vasca reanudan hoy la huelga convocada por ELA, LAB y UGT por cuarta semana consecutiva. La negociación entre los trabajadores y las empresas de hostelería que sirven los menús escolares en Euskadi está en punto muerto por el desacuerdo sobre la subida salarial. El Departamento de Educación, las empresas que gestionan los comedores y las agrupaciones de padres de alumnos reclaman un arbitraje que cierre de forma definitiva el conflicto, pero los sindicatos lo rechazan porque consideran que es «una imposición».
Las centrales solicitaron el pasado viernes reunirse hoy con el Departamento de Educación y la federación de padres de alumnos de la escuela pública Ehige para explicar su postura y reclamar que tomen un papel más activo en las negociaciones. Sin embargo, los responsables de la consejería consideran que con quien tienen que hablar los sindicatos es «con las empresas», ya que se trata de acordar su convenio colectivo. Les han contestado que «dediquen ese tiempo a recurrir al arbitraje».
Las monitoras argumentan que han rebajado sus pretensiones de equiparación con el sueldo de las empleadas con plaza en la Administración vasca, del 100% al 98% y que debe haber una respuesta por parte de la patronal. Critican que las firmas de catering no hayan tocado su última propuesta: el 95% del sueldo que paga el Gobierno Vasco y un 5% vinculado a los niveles de absentismo. Se da la circunstancia de que las retribuciones son superiores en un 23% a las que cobran las monitoras en la escuela concertada, aunque aquí los sindicatos no plantean conflicto alguno, según han denunciado los padres de la red pública.
La consejería que dirige Isabel Celaá ha advertido a los sindicatos que si no se resuelve el conflicto retirará todas las mejoras que han incorporado al servicio gracias a la subida del precio del menú, entre ellas el incremento en 18 horas de la jornada laboral.
Los técnicos del departamento buscan ahora una herramienta legal que les permita poner en funcionamiento los comedores afectados por los paros. En concreto, estudian una nueva fórmula de servicios mínimos.
Incidencia escasa
Aunque la incidencia de los paros es escasa, cercana al 20%, supone un trastorno grave para las familias. Los responsables de Educación critican que muchos de los monitores no informan de que van a secundar el paro hasta el mismo día, con lo que las direcciones de los centros tienen verdaderos problemas para organizar el servicio y los padres no saben hasta el último momento si tienen que ir a buscar a sus hijos al colegios para llevarlos a casa al mediodía.
Esta semana están convocadas también manifestaciones de los padres de alumnos de numerosos colegios afectados por las movilizaciones. Las agrupaciones de familias reclaman la devolución de los menús no servidos y alertan de que la calidad de las comidas ha caído como consecuencia del conflicto. La federación de asociaciones de padres de alumnos alertó la pasada semana de que esta batalla laboral supone un desprestigio para la escuela pública.
En la actualidad, las empresas de hostelería subcontratadas por el Gobierno Vasco sirven comidas a cerca de 90.000 alumnos de más de 400 colegios públicos. Educación dedica cerca de 90 millones de euros anuales a este servicio, mientras que los padres hacen frente a una factura de 33 millones, cerca de cuatro euros por menú.
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